Desde el inicio de la colonización agraria de la isla, los esclavos traídos del África iban sustituyendo a la fuerza de trabajo indígena, cada vez más mermada por varias causas: suicidios, matanzas ante la resistencia nativa; epidemias traídas por los europeos y brutales condiciones laborales. Ante estas dos últimas, los africanos ciertamente se mostraron más resistentes. El aporte africano, que de forma constante se prolongaría hasta mediados del siglo XIX, es base hoy de una integrante etno-cultural innegable. Cerca de 30 mil africanos fueron introducidos a Santo Domingo entre 1492 y 1822.[8] La fuerte perdida de población indigena llevó al mito muy popular de la extinción de los tainos.[9] Sin embargo el aporte genético y cultural de los tainos es la base de la identidad nacional dominicana.[10]
La abolición de la esclavitud en República Dominicana se llevó a cabo bajo la ocupación haitiana de 1822. En esos tiempos la población era de 500.000 esclavos y 20.000 libres.[11] Desafortunadamente, los abusos cometidos por la administración haitiana en Santo Domingo contribuirían a identificar el componente africano con el invasor, lo que en gran medida provocó su menosprecio, dando lugar a paradójicas cotas de racismo en la sociedad de la isla.
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