José Antonio Salcedo


José Antonio Salcedo, mejor conocido con el apodo de Pepillo, es el ejemplo más conmovedor. En ninguno de los próceres de La Restauración cobró el destino mayor cuota de sacrificio, que en este valiente veterano de la Guerra de Independencia que había participado en varios combates, alcanzando por su valor y arrojo en la batalla de Sabana Larga, librada contra los haitianos, el rango de Coronel del Ejército Libertador. Entre los soldados de la Restauración, Pepillo Salcedo se identifica como un caso excepcional.

José Antonio Salcedo nació en Madrid en el año de 1816.

Sus padres españoles criollos oriundos de Santo Domingo, se trasladaron a España en el año de 1815 en pleno período de la “España Boba”. José María Salcedo y Luisa María Ramírez de Salcedo, vivieron corto tiempo en Europa. Regresaron a América y se establecieron por breve tiempo en Cuba, luego retomaron al país, específicamente a la región Noroeste residiendo cerca de la ciudad de Montecristi. Su padre era un acomodado comerciante dedicado al corte y venta de maderas preciosas y a la cría de ganado vacuno. En el medio rural de la región, creció y se hizo hombre Pepillo Salcedo, asistiendo al pueblo de Montecristi a recibir enseñanza escolar.

Desde niño Pepillo reveló ser dueño de un enérgico carácter, agresivo y con dotes de mando. En su adolescencia estuvo un tiempo recibiendo instrucción en un colegio de la ciudad de Santo Domingo, lo que le permitió tener en el orden educativo, un nivel por encima de los jóvenes y hombres de la región noroeste, a la que regresó cercano a la edad de 25 años, donde contrajo matrimonio con Agueda Rodríguez. Se instaló definitivamente en el paraje de Estero Balsa, cercano a Puerto Juanita, por donde realizaba embarques de madera, negocio que había heredado de su padre y que lo convirtió en un próspero negociante.

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