Parque Colón.


Parque Colón (2)
Comenzamos nuestro paseo virtual desde el verde y muy placentero Parque Colón. Es el mejor punto para orientarse en la confluencia de la calle Arzobispo Meriño y la calle El Conde. En el centro del parque está la estatua de bronce de Cristóbal Colón, realizada por el escultor francés E. Gilbert. A los pies del Almirante se encuentra la reina taína Anacaona, un símbolo precisamente de lo que fue el encuentro de la cultura taína con la llegada de los descubridores españoles. Antes de adentrarnos en la ciudad colonial -llamada por los dominicanos Zona Colonial- hay que señalar que vamos a asistir a una mezcla de estilos gótico, plateresco, isabelino y barroco.

A lo largo de edificios civiles, militares y religiosos se van a suceder estos estilos en todo el recorrido de nuestro paseo. En su conjunto se puede decir que toda la ciudad colonial de Santo Domingo es el legado histórico y arquitectónico más importante del encuentro de la Europa del siglo XV con el Nuevo Mundo. Hoy en este parque hay una excelente local, Restaurante Cafetería Colonial más conocido por el nombre de La Cafetera, con muy buenos y económicos emparedados. Al otro lado de la plaza, esquina a la calle Arzobispo Meriño se encuentra otro restaurante agradable para tragos a última hora de la tarde o cenas a primera hora de la noche, Bar Moderno, un sitio también muy agradable pero un poco más caro. A su lado hay una tienda recomendable de cigarros dominicanos. Pero en el mismo parque hay un pequeño autobús a veces de "Cigarros ambulantes" que tiene también su encanto. El parque se llena de turistas, limpiabotas, vendedores ambulantes y guías. Pero siempre se disfruta de un ambiente agradable. Hay un espíritu bohemio, tranquilo, de jóvenes parejas sentadas en los bancos, ancianos fumando vegueros de manera pausada, muchachos con sus correrías y juegos y jóvenes sentados enfrascados en el último debate literario.

Al fondo alguien toca la guitarra mientras una suave brisa convierte a toda esta plaza en el lugar ideal para conversar con amigos, recuperar amistades o comenzar nuevos idilios. Nuestro paseo lo podemos comenzar en varios ambientes. Un día podemos partir de aquí por la mañana para poder visitar los edificios. En otra ocasión, podemos escoger la última hora de la tarde para simplemente deambular por las calles mientras los colmados se abren y la gente saca sus mecedoras a la calle y a la vez el ruido del merengue ensordecedor se suma a ladridos de perros, llantos de niños y muchachos haciendo carreras con sus patinetas.

Ahora estamos listos para comenzar nuestra visita. Sepamos que inicialmente lo que fue la primera ciudad del Nuevo Mundo se construyó en 1948 en la parte oriental del río Ozama, en lo que es hoy el ensanche llamado Villa Duarte. Fue allí donde Bartolomé Colón, hermano del Almirante, recibió el encargo de levantar un asentamiento, un alojamiento castrense para el cuerpo expedicionario que incluyera una torre de madera, una casa para el gobierno municipal y militar, una iglesia, un almacén y varias viviendas. Así nació lo que fue conocido como La Isabela.

En el año 1502 llega en una nueva expedición el Comendador Mayor de la orden de Alcántara, Fray Nicolás de Ovando. Destruida en parte La Isabela por un huracán, Nicolás de Ovando escoge una tierra más dura y decide en la parte occidental del río Ozama construir no ya un asentamiento sino una verdadera villa con el nombre de Santo Domingo. Nicolás de Ovando dirigirá personalmente todos los planos.

En lo que es hoy el Parque o Plaza Colón estaba inicialmente la Plaza Mayor. Los planes originales de la ciudad pedían un área verde en medio, rodeada de edificios públicos y religiosos para incluir una catedral, un palacio del gobernador que representaba al rey, el ayuntamiento, y, finalmente, la corte de justicia. El acoso de los corsarios impidió que estos planes se desarrollaran en su totalidad. Sólo la catedral y el ayuntamiento se construyeron en torno a la plaza.

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